miércoles, 16 de septiembre de 2020

Capítulo 23


Javier llora sangre al saber que fue injusto con él. Se derrumba.
--¡¡no, no¡
Por su mente pasan secuencias de besos, de caricias, de palabras de amor. Se derrumba. Luego se levanta. Va hacia su hermana. La va a golpear.
--¡¡no me pegues¡ --dice ella asustada tapándose el rostro.
Aunque de ganas no le faltan Javier golpea la pared. Se lastima el puño. Bernie acaricia a su hermano:
--Javier... yo...
Pero este se gira de  golpe. No la quiere escuchar. La zarandea de los brazos con fuerza. Ella llora, la lastima pero él está demasiado descontrolado como para calmarse.
--¿¿¿PORQUE?¿¿PORQUE?¡¡¡
Los gritos retumban las paredes pero Bernie sabe que nadie de fuera de ese cuarto los puede ir y tiene miedo. No se atreve a decir nada. Javier grita, llora. Da puñetazos a la pared. Zarandea de nuevo a su hermana. Se lleva las manos a la cabeza. Ella le suplica que se calme. Él se acaricia el pelo para relajarse pero le cuesta mucho.
--¡¡¡GRACIAS POR ARRUINARME LA VIDA¡ espero que estés contenta.
--Lo siento.
Él se aleja de ella:
--¡¡A mí de poco me sirve tu lo siento y a Cruz menos¡
--te portaste feo con él.
Javier vuelve a gritar, se golpea los puños:
--¿¿y de quien fue la culpa?¡ ¿¿porqué nos tuviste que hacer eso?¡
Con timidez, vergüenza pero queriendo aclarar las cosas, Bernie le dice:
--Fue Francisco. Él me obligó, tiene un video de él y yo en la cama y...
Javier la mira con horror:
--¿¡te le regalaste a ese imbécil? ¡¡si es maricón, es el ex novio de Cruz¡ ¡¡ha hecho todo lo posible por separarnos¡
Bernie no deja de llorar. Javier da vueltas por su cuarto muy alterado:
--¡¡no puedo creer que te hayas dejado engañar por un gay¡ ¡¡eres una tonta¡
Javier es muy agresivo con su hermana que no deja de llorar:
--me engañó, me engañó.
Ella lo está pasando mal pero Javier también. No puede sentir pena por ella:
--¡¡pues me alegro que estés sufriendo lo mismo que sufro yo¡¡
Ella busca consuelo de su hermano pero no lo encuentra. Está más sola que nunca. Siente que después de todo lo que pasó él siempre sigue siendo el favorito de sus padres. Javier sólo piensa en Cruz. Corre a buscarlo pero llama  y llama y nadie responde. Candela se acerca a él. Lo mira con reproche. A ella también le sabe mal como han tratado a Cruz, que lo hayan considerado culpable de toda esa historia.
--¡¡no está¡ ¡¡déjalo en paz¡ ¡¡ya le has hecho bastante daño¡
Javier se enfrenta a Candela:
--¡¡mira niña, seguro que tú eras cómplice de mi hermana así que no te las des de santa¡
--¡¡sí y yo no lo oculto¡ ¡¡yo jamás hubiera echado de cabeza a alguien que me quiere, eres...¡
A Javier le hieren los reproches de Candela pero está muy herido, muy desesperado. Tampoco quiere escucharlo:
--¡¡no es tu asunto  eso lo tengo que arreglar con él¡
--No está sus padres se lo llevaron a un reformatorio. El padre dice que ahí lo convertirán en un hombre, que lo van a curar--dice Candela con reproche hacia Javier y compasión hacia Cruz.
Javier se lleva las manos desesperado:
--¿¿¡¿qué??¡
--lo molieron a palos, tenía una cara, parecía un monstruo.
Javier está deshecho:
--¡¡no. No puede ser¡¡
--¡¡si tú no fueras tan cobarde tal vez podrías dar la cara por él pero no lo harás¡ ¡no lo harás¡ --le reprocha.
Candela lo deja solo. Sólo con sus remordimientos, con sus angustias. Quisiera poder decirle que no, que no dejará solo a Cruz pero no se atreve. Mira la pulsera pero siente que ya no puede echarse atrás. Pensando en la mirada llena de amor y admiración de Cruz cuando estaban juntos y en el dolor y la decepción de la última vez dice:
--lo siento, es lo mejor
Sabe que es un actitud egoísta porque solo es mejor para él. No para Cruz. Llega a su casa abatido. Se encuentra a Marisa.
--¿qué haces aquí?
Su padre le tiene una sorpresa:
--Se van los dos a Miami  allí estudiarás empresariales..Serás un gran hombre de negocios.
Marisa abraza a su "novio":
--mi amor, nuestra luna de miel ¡¡soy tan feliz por los dos¡
Javier trata de protestar pero su padre no le deja:
--hay que alejarte de malas influencias.
Marisa con burla le pregunta a Javier:
--¿ay algo que quieras decirnos?
Javier no se atreve a enfrentar a su padre:
--No.
Marisa abraza a Javier entusiasmada.
--Esta noche sale su vuelo --dice el padre.
Al oído Marisa le susurra a su novio aunque haya sido a la fuerza:
--te dije que yo siempre consigo lo que quiero.
Él la mira con odio, con dolor al pensar en Cruz pero no está dispuesto a echarse atrás.


En un año y varios meses después...  Cruz ha salido del reformatorio. Tiene 18 años. Es un hombre libre. Un hombre triste, un hombre con la mirada dura.
--ahora sí que nadie me volverá a humillar.
No quiere saber de sus padres y es algo que ellos no entienden. "Con todo lo que hemos hecho por ti, malagradecido" --le dicen. Cruz tiene la dirección de un amigo que ha sido su apoyo en el centro y que salió meses atrás.
--espero que sea verdad su ayuda.
Se llama Miguel. Se alegra de verlo. Vive en un pequeño estudio.
--Estaremos un poco apretados pero bueno algo es algo.
Cruz está triste pero con la ilusión de borrar el pasado.
--te aseguro que te ayudare con los gastos.
Miguel es muy cariñoso con él:
--No te preocupes, sabes que siempre me has gustado que yo...
Miguel lo quiere besar pero Cruz lo rechaza:
--No, no estoy preparado.
--¿es por él?
Cruz se da la vuelta. Una lágrima asoma por su mejilla. Miguel le abraza por la espalda. Le abraza:
--yo estaré esperando, me tendrás a tu lado...
Cruz lo mira con tristeza:
--no creo que pueda nunca--dice mientras se acaricia la cruz que le regaló Javier y que tiene escondida bajo sus ropas.

Mientras en Miami, en una íntima pero elegante ceremonia, Javier y Marisa se convierten en marido y mujer. Ella está feliz, es su sueño cumplido. Ese chico que tanto se le resistió ya es suyo. Para Javier Marisa es un negocio, sabe que con ella a su lado tendrá la imagen de hombre serio, de hombre de negocio que le ayudará a triunfar. Marisa y Javier consuman su matrimonio. Ella lo siente tan suyo. Tan intenso. Es cuando ve la medalla con el nombre de Cruz que lleva en la mano:
--¡¡sácate esto¡
Javier se levanta, agarra su pulsera:
--¡¡nunca¡
Marisa lo mira con odio pero Javier no piensa deshacerse de lo que es su mayor tesoro, el recuerdo de la única persona que lo ha amado tal y como es desinteresadamente.
   


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