miércoles, 16 de septiembre de 2020
Capítulo 2
Cruz está feliz con Francisco, saliendo con él. Pensando en una cena romántica. El chico lo lleva a un choripan. Aunque de entrada a Cruz le decepciona un poco está tan feliz por tener un chico a su lado que pronto se le olvida.
--perdón por ser tan tacaño pero no tengo más.
Cruz mira a Francisco con ansiedad. Le gusta mucho estar con él. Le gustan sus labios. Su cuerpo. Su sonrisa. Su forma brusca de ser aunque cuando quiere tiene un tono cariñoso que le encanta.
--cualquier cosa contigo es maravilloso.--le dice Cruz a Francisco con un tono de voz muy dulce.
Francisco lo mira regañón:
--cuidao que no somos una pareja de maricones--le reprocha.
--¿y qué somos? --le pregunta Cruz con cariño.
Francisco se muestra siempre distante:
--nada, somos dos amigos, tú me haces los deberes y yo te dejo hacerme lo que quieras.
Cruz suspira enamorado.
Al día siguiente en clase, Cruz se acerca a Francisco:
--Hola.
Le dice con ganas de decirle: mi amor. Francisco lo mira burlón. Como si estuviera loco.
--hola.
Luego se ríe de él con sus amigos. Cruz no entiende nada. Se va a su sitio triste. Creyó que Fran era el príncipe azul que siempre había estado buscando y le duele ver que no es así. Francisco lo mira con pena. Le duele haberlo lastimado pero no quiere que sus amigos sospechen que tiene un lado gay. Luego lo ve coquetear con unas chicas. Si el día anterior Cruz sintió por primera vez lo que es la pasión, el deseo de verdad mientras Francisco lo besaba y lo tocaba ahora se muere de los celos. Pasa por su lado para ir al lavabo pero ni lo mira. Francisco ha sentido su dolor y lo lamenta.
--ahora vuelvo.
Las chicas no lo quieren soltar porque les gusta mucho. A Francisco le gusta sentirse deseado pero está empezando a sentir algo especial por Cruz y aunque no quiere que sus amigos lo sepan también le ha dolido lastimarlo.
--es que me hago pis... es urgente. --dice él con las manos en los genitales haciendo como si ya no pudiera más.
Una de las chicas le da una palmada en el trasero y la otra un pellizco. Él le guiña el ojo a las dos y se va tras el chico al que besó apasionadamente la tarde anterior. Cruz está en el baño descargando. Un poco triste, no deja de pensar en Francisco.
--¿porqué me hiciste esto?
Francisco entra en el baño a tiempo para oírlo. Sonríe con dulzura:
--porque soy un idiota.
Con su herramienta sexual en las manos, Cruz se gira y mira con emoción a Francisco. Éste se acerca a su compañero de un beso. Se coloca a su lado en el urinario. No hay separación. Pueden tocarse. Cruz está ardiendo de deseo mientras que Francisco se desabrocha los pantalones y deja al descubierto su parte masculina más bella y secreta. A Cruz le encanta descubrir ese secreto. Mira de reojo porque le da vergüenza que Francisco se da cuenta pero aunque sus miradas al pene de Francisco son discretas el chico se da cuenta y le gusta. Le guiña el ojo y apartándose un poco para que su amigo vea mejor le dice seductor:
--si te apetece mirar mira.
Cruz se ruboriza. Mira para otro lado:
--¡¡eres un cerdo¡ --dice porque no quiere que piense que es un depravado que sólo lo quiere para el sexo.
A Francisco le gusta mucho el carácter de Cruz, la carita de emoción que ve cuando lo ve y el susto que se le queda cuando tocan el tema del sexo. Francisco lo mira con mirada libidinosa y con un toque de sensualidad le dice:
--pero ¿a poco no te gust.?
--sí pero no...
Aunque le distraer haber conocido a ese atractivo miembro que tanto le había gustado escondido en los jeans de Francisco pero haciéndose notar en un gran bulto Cruz quiere algo más de Francisco y con tristeza le dice:
--estoy enfadado contigo.
Francisco nota que igual el deseo que está sintiendo Cruz hace borrar un poco el enfadado.
--¿en serio?
A Cruz le encanta la sonrisa de Francisco. No puede resistirse:
--pero sólo un poco.
Francisco le guiña el ojo y Cruz sonríe enamorado. Está excitado, contento de lo que está viviendo pero le ha dolido la forma en la que se ha mostrado en la clase y así se lo hace saber.
--es que no sé cómo eres así conmigo después de besarme.
Francisco mira hacia atrás por si llega alguien. Le gusta Cruz pero le da terror que sus amigos lo descubran.
--¡¡cállate¡ ¡¡¿qué nos pueden oír?
--es que te avergüenza.? --le reclama Cruz triste.
--tampoco veo que tú lleves escrito en la frente me gustan los machos. Seguro que tus padres no lo saben...
--No aún no pero no me importaría.
Francisco es muy claro con él:
--¡¡Mira sí quieres seguir conmigo las cosas se hacen a mi modo, a solas me haces lo que quieres pero cuando hay gente ni me miras¡ ¡¿¿de acuerdo?
Cruz se sacude la herramienta para sacarse la última gota. Se aparta de Francisco. Por un momento éste tiene miedo que Cruz no acepte sus condiciones pero Cruz está demasiado excitado. Además le fascina el trasero de ese chico..
--haré lo que tú digas.
Francisco sonríe con orgullo. Le gusta tenerlo a sus pies.
--no te arrepentirás.
Francisco se da la vuelta seductor para que Cruz le vea el rabo perfectamente. Cruz está encantado pero nervioso. A Francisco le gusta mucho su cara de miedo. Su deseo. A Cruz le excita ver como se esconde su pieza más preciada y se sube la cremallera y se abrocha los pantalones mirándolo con cara de depravado.
--¿porque eres tan tímido?
Cruz encoje los hombros en un gesto negativo:
--Yo soy así.
Francisco le guiña el ojo y dice:
--pues yo te cambiaré, te espero en tu casa.
Francisco se va con una sonrisa y Cruz mira con deseo ese trasero. Le encantan las arruguitas que se le hacen al caminar.
--¡¡que bueno está¡ --dice para sí.
Aunque lo que quiere es un príncipe. No sexo, a Cruz le excita pensar que ese joven tan guapo le ha dado permiso para hacer con él lo que quiera. Francisco mira de reojo a Cruz antes de irse y lo ve saltar de alegría. Cruz está feliz por este nuevo acercamiento con el chico que le gusta.
--que Cruz este --susurra Francisco con cariño.
Cuando Cruz vuelve a la clase Francisco está apartando a las chicas. No quiere volver a lastimar a Cruz
En la tarde, Francisco está tumbado en la cama. Sin camisa, con los pantalones abiertos. Cruz está en su escritorio trabajando. De vez en cuando se gira y lo mira con deseo.
--¡¡ya acabé¡
Cruz ha hecho sus deberes y también los de Francisco.
--levántate que te explico
Francisco le hace gestos:
--ven... ven conmigo.
Ardiendo y nervioso, Cruz se lanza a los brazos de Francisco. Se besan y se acarician. Aunque Cruz se asusta cuando Francisco lo quiere desnudar.
--yo quiero que dejes de ser virgen,confía en mi... te gustará.
Francisco lo mira sensualmente. Cruz feliz en brazos de ese chico tan guapo pero con mucho miedo a lo desconocido.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario