miércoles, 16 de septiembre de 2020
Capítulo 4
Cruz se asusta ante la sola idea del sexo. Le gusta mucho estar con Francisco pero no está seguro que sea lo que él siempre esperó, el príncipe al que entregar su primera vez.
--si me has traído aquí para que hagamos el amor yo...
Francisco no lo deja seguir. Sonriente dice:
--yo sólo quiero sexo.
--Fran, te pedí tiempo. Te dije que aún no estaba preparado.
--¡¡ya ha pasado una semana¡ ¿¿cuanto tiempo más quieres? --pregunta el otro incrédulo.
--por favor. No me fuerces a hacer algo que no quiero, tal vez pienses que soy un tonto romántico pero siempre soñé que mi primera vez sería especial. Yo no quiero luego tener que arrepentirme.
--¿y no crees que es mejor arrepentirse de lo que se hace que no de lo que no se hizo?
--Lo siento pero aunque cuando estamos solos eres muy lindo cuando hay más gente te noto demasiado frío.
Francisco se está ya desesperando:
--¿¿¡y qué es lo que quieres que salgamos a la calle tomados de la mano como un par de locas?¡
Francisco habla con mucho desprecio. A Cruz le duele.
--¡¡yo lo que sé es que no te quiero perder pero tampoco quiero que me presiones¡
Al darse cuenta que lo está lastimando, Francisco es más dulce. Acaricia a Cruz:
--estamos solos¡¡es una gran oportunidad...¡ ¡¡pasaremos la noche juntos¿¿no crees que será lo suficiente especial?¿qué más quieres de mi?
Hay dulzura en la voz de Francisco pero también desesperación.
--quiero que me entiendas.
Francisco lo besa:
--seguiré tu ritmo.
Cruz sonríe satisfecho. Se lo agradece. Francisco sólo espera que se decida pronto porque él no concibe una relación sin sexo. Cruz se asusta al ver que se empieza a desnudar.
--¿¿qué haces?
Francisco lo mira pícaro:
--yo en mi casa siempre ando en bolas cuando estoy solo ¿¿es que también eso me lo vas a negar? No me diga que no que quieres ver desnudo porque no me lo creo, bien que me miras cuando coincidimos en el lavabo.
Cruz se pone rojo de la pena. Mientras se desnuda siempre con una sonrisa Francisco le dice:
--el sexo no tiene nada de malo. Es hasta sano. la mejor diversión y medicina.
Cruz contempla extasiado. Queda casi en shock cuando Francisco se queda totalmente desnudo. Nunca había estado tan excitado. Los dos se miran pícaros aunque hay mucha vergüenza en os ojos de Cruz.
--déjame verte a ti también.
Cruz duda. Francisco le habla con cariño:
--cuando te veas libre será más feliz. Te juro que no haremos nada. No te voy a violar.
--nunca me desnudé delante de un chico.--dice el otro con timidez.
--lo sé... nunca entras en las duchas.ni para vernos a los demás.
--es que no quiero que se rían de mi.
--eres muy guapo, tal vez un poco delgado pero nada que no se pueda arreglar con un gimnasio. Es de tontos que te sientas inseguro de tu físico.
Cruz se queda desnudo ante Francisco. No sabe si taparse los genitales o no.
--No te preocupes. Tampoco yo soy un súper dotado --le dice Francisco con cariño.
--a mi me gustas mucho --nervioso.
Francisco le guiña el ojo, se quiere acercar pero a Cruz le da miedo.
--nunca vi desnudo a un chico.
--¿¿nunca? --sorprendido.
--bueno de chico... pero no es lo mismo.
Los dos desnudos frente a frente. Se observan por largo rato. Los dos sonríen porque sus sendos aparatos indican la excitación que sienten ambos. Pícaro Francisco le dice:
--¿no hay nada que me quieras hacer?
se lo dice al oído.
A Francisco le gusta su inocencia...
--Pues no te detengas. Siempre te lo dije. A mí me puedes hacer lo que quieras.
Francisco lo anime a que se agache. Parado ante él Cruz traga torpemente el miembro viril de Francisco que le acaricia la cabeza con cariño. Francisco se aparta de él. Cruz lo mira con cara de más:
--ven vamos al cuarto.
Cruz duda.
--sólo nos la chuparemos... --le dice Francisco.
Cruz le toma de la mano y se van los dos juntos.
Dos semanas después... Francisco llega a casa de Cruz como siempre para hacer los deberes. Más bien para que se los haga Cruz. Además siempre consigue que Cruz le haga sexo oral y se va a su casa con los deberes hechos y muy satisfecho. Cruz le sorprende con un regalo:
--¿que es esto?
--mi regalo por primer mes.
Es un reloj que Francisco recibe con indiferencia:
--el mejor regalo es que te acuestes conmigo.
--¿otra vez con eso? ¿¿tan importante es para ti el sexo?
--Si, es que luego seguro que me reclames que me acueste con otros.
Cruz lo mira furioso:
--¿¿te acuestas con otros?
--Claro ¿que pensabas?
--¡¡bueno pues que con que te la mamara tenías bastante¡ ¡¡yo no necesito más¡
Francisco le habla con mucho desprecio:
--sí pero yo no soy una virgencita como tú ¡¡yo soy un hombre y bien macho¡ ¡Este fin de semana vamos a mi casa, lo hacemos o esto se acaba¡
Aunque le da pena Cruz le dice:
--¡¡no te quiero volver a ver nunca más¡
Francisco está furioso de que lo esté rechazando:
--¡¡no, nos veremos porque me harás los deberes todos los días o le diré a todo el mundo que eres una maldita maricona a la que le encanta tragar vergas y bebernos la leche¡
Cruz lo mira con desprecio.
--¡¡que bueno que no me acosté conmigo. No es mi príncipe. No eres digno de mi primera vez¡
Francisco se le ríe:
--¡¡pues a ver dónde encuentras un tarado como tú¡ ¡¡te vas a quedar virgen toda la vida¡
--mejor virgen que estar con un miserable como tú.
Francisco lo mira con mucho odio, Cruz tiene miedo que lo golpee. A Francisco ganas no le faltan. A Cruz el rostro se le llena de lágrimas. En la cama ha quedado el reloj que le compró con tanta ilusión.
--el sueño acabó, el sueño acabó.
Al día siguiente, Cruz llega a clase y se da cuenta que todos se ríen de él. Miran la pizarra. Está escrito: A Cruz le encanta comer vergas y se traga la leche. Mira furioso a Francisco. Éste se ríe con sus amigos. Nadie sospecharía que es a él a quien se la comió. Cruz lo sabe así que se guarda su dolor, su vergüenza. Borra la pizarra y aguanta las risas. El desprecio de Francisco que no sólo lo ignora sino que se convierte en su enemigo número uno. Un día Cruz está en el lavabo. Francisco va a entrar, pero se queda en la puerta y grita.
--¡¡si está el maricón del Cruz. Yo no me acerco, a ver que me hace¡
Lo mira desafiante y se va. Cruz está dolido para él fue demasiado importante como para vengarse y le duele que Francisco se burle de él. Se refugia en sus estudios y mientras que Francisco no aprueba ninguna Cruz pasa con las mejores notas. El tiempo, el verano son su mayores aliados. Comienza 5º pero solo, triste y con unas gran ganas de enamorarse. De conocer a su príncipe. Una duda está clavada en su alma mientras va llegando a su nuevo curso:
--¿encontraré algún día el amor?
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