C
Cruz mira enamorado a Javier. No puede creerlo, siento como si fuera a vivir su luna de miel. Se lo queda mirando embobado. Cruz abraza con entusiasmo. A Javier le emociona mucho el entusiasmo de Cruz.
--sólo para mí solo para mi.
--¿tus padres te dejaran?
--Sí ¡¡sí¡ les gusta que salga, además no sería la primera vez..
Javier lo mira con interés.
--¿ah no?
Habla divertido. Cruz se pone nervioso. Le da vergüenza su pasado. Javier se le ríe:
--No te tienes que poner mal. Todos tenemos tu pasado y el tuyo no es tampoco para avergonzarse.
Cruz lo mira enamorado:
--Nunca fue como contigo. Tú eres especial...
--Bueno si me comparas a aquel imbécil tampoco me extraña--le dice Javier con una sonrisa.
Como ese comentario no sienta muy bien a Cruz Javier lo acaricia dulcemente:
--no me hagas caso, a veces soy un tonto.
Cruz lo mira fijamente:
--¿¿tú me quieres?
Javier no se esperaba esa pregunta, se levanta. No lo mira. Se mira incómodo.
--¿a que viene esa pregunta?
Cruz se levanta, lo abraza por la espalda:
--a que yo me estoy enamorando de ti y me gustaría saber a qué te atenerme.
Javier se aparta de él. Se lleva las manos al pelo:
--No me digas eso.
Cruz le acaricia la mejilla.
--¿porqué si ...?
Javier le pone los dedos en los labios muy suavemente:
--no me gusta que lo digas.
Cruz tiene miedo, lo ama cada día más y tiene miedo de pensar en el día que tenga que vivir sin él.
--¿¿es que no estás interesado en mí?¿en un futuro juntos?
Javier está algo aturdido. No ve las cosas como las ve Cruz. Piensa que tal vez deben dejarlo en ese momento.
--Yo creo que tú debes seguir el consejo de tu padre.
--¿de qué hablas?
--tener una novia..
Cruz mira a Javier con el rostro desencajado por la rabia, el dolor. La sorpresa.
--¿¿me quieres dejar? ¡¡a mí no me gustan las mujeres¡ --solloza Cruz.
Javier lo mira con tristeza. No soporta hacerlo sufrir. Lo acaricia:
--no me mires así. Eres muy niño, romántico. Tienes mucho que aprender. Te será más fácil vivir con una novia. Nadie se burlará de ti y bueno eso no quiere decir que renuncies a los hombres, que tengas que renunciar a mi.
Javier lo quiere acariciar pero Cruz le da un pequeño empujón. Está muy molesto.
--¡¡yo no soy un hipócrita como tú¡ ¡¡yo jamás estaría con alguien si no lo siento así¡ ¡¡no voy a llevar una doble vida¡ ¡¡a mí no me da miedo reconocer que me gustas que te amo¡
Javier nunca lo había visto tan alterado. Está sorprendido y emocionado:
--tampoco hace falta que te enojes, lo que yo decía es que...
Cruz está verdaderamente molesto y no le deja seguir:
--no sigas con eso.
Javier no está enfadado con él. De hecho siente que está viviendo algo único, que se está enamorando. Sólo que Javier no lo quiere enfrentar. No lo quiere vivir a la luz del día como Cruz.
--está bien, no quiero que te molestes conmigo. Yo quiero hacerte feliz.
Se miran en silencio. Javier está algo asustado. No sabe qué hacer y no le gusta perder el control de las cosas. No sabe si Cruz se irá, si seguirá con él. Cruz lo abraza. Los dos siguen desnudos. Cruz se aferra a él y por dentro le dice que lo ama. Javier lo acaricia con mucha fuerza.
--no me gusta que peleemos.
Los dos hablan muy emocionados. Son palabras llenas de amor. Cruz no tiene miedo de decir que lo ama pero no lo quiere lastimar:
--a mi tampoco pero me gustaría que tú no tuvieras miedo y conmigo o sin mí no te ocultaras. Yo sé que algún día viviré libremente y mis padres se la tendrán que bancar.
Javier no tiene prevista decir nunca su verdad:
--mis padres no me aceptarían me odiarían.
--no creo que un padre odie nunca a un hijo.
--sí, yo los conozco sueñan con tener nietos que perdure el apellido. Sería un shock demasiado grande para ellos.
--¡¡pero algún día lo sabrán¡
Hay cierto miedo en la voz de Cruz, miedo a que Javier acabe dejándolo por no asumir lo que le está pasando. Javier tiene perfectamente claro que su historia con Cruz o cualquier otro hombre es algo demasiado suyo y que no tiene porque dar explicaciones.
--¿porque?
Cruz lo mira incrédulo. No puede creer que Javier tenga intención de estar engañando siempre a sus padres.
--¿¿y qué les dirás cuando no te cases?¿¿cuando no tengas hijos?
--No tengo que renunciar a tener hijos--como si nada.
--¿¡¡engañándolos a todos? --escandalizado.
Javier balbucea, siente que lo que él piensa es lo correcto pero se da cuenta que Cruz no lo siente así y le habla con cuidado para no enojarlo:
--bueno mi esposa sí viviría un poco engañada, algún hombre encontraré que acepte lo que yo le dé.
--yo nunca podría estar con un hombre que tiene una familia. --solloza Cruz.
Una lágrima desliza por el rostro de Cruz. Siente que es el final. Javier quisiera terminar con él. Cree que es lo mejor. Sabe que nunca le dará lo que quiere. Terminar con él sería la solución, se sacaría un problema de encima. Con Cruz a su lado cada día es un peligro para que se descubra la verdad. Es consciente que en otra circunstancia le diría pues vete pero no puede. Le importa demasiado. Los dos jóvenes bellos, desnudos y enamorados. También tienen miedo. Se miran en silencio. Quieren decirse tantas cosas pero ninguno de los dos se atreve. Cruz para no molestar, para no aturdir más a Javier y éste último por miedo. Es precisamente este último quien, algo asustado por la idea de perderlo, le pregunta con un hilo de voz.
--¿me vas a dejar?
A Cruz le sorprende la pregunta. No podría vivir sin él. Jamás ha pensando en dejarlo. Es más es el miedo a que sea Javier quien lo deje lo que no le deja disfrutar 100 por 100 de esa relación. Responde con una pregunta.
--¿y tú?
--No puedo..
Javier habla desde el alma, con una voz rota que conmueve a Cruz. Dice su nombre con amor. Con emoción. Javier hace lo mismos. Los dos se acarician con amor, con desesperación. Los dos se besan. Cruz se aferra a Javier. A cada momento piensa que puede ser el último:
--¿porque no podemos vivir esto tranquilos? --se queja Javier.
Javier habla con tranquilidad, no está molesto pero su voz suena a reproche.
--¿porque tienes que pensar tanto? porque me tienes que atormentar? estamos juntos ¿Qué más quieres? ¿porqué pensar tanto en el futuro?
--no te quiero perder -- Cruz con voz llorosa.
--yo tampoco --acariciándolo con amor.
Desnudo en su cuarto, Francisco piensa en Cruz. En qué no se quiso acostar con él.
--¿¿y lo hará con ese imbécil?
Le da mucha rabia la manera en la que Javier lo trató. Siente mucha rabia. Mucho odio hacia él. Se golpea los puños con rabia.
--¡¡no van a ser felices¡ ¡¡los destruiré, acabaré con ellos aunque sea lo único que haga¡
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