miércoles, 16 de septiembre de 2020

Capítulo 16



Cruz se ha quedado algo más tranquilo después de la patada que le ha dado a Javier. Baja las escalares y cruza el pasillo. Sube por el otro lado. Vuelve al aula y agarra sus cosas. Tiene un nudo en la garganta. Recoge sus cosas. No quiere llorar pero no puede evitar que alguna lágrima deslice por sus mejillas al ver las cosas de su amante y compañera. Recordar el día que lo conoció, a principio de esa misma semana. Como se acostaron juntos esa tarde. Se siente roto por dentro. Logra salir del aula sin llorar pero en un rincón de las escaleras llora desconsolado. Todo fue una sueño, un sueño que se ha convertido en pesadilla en sólo cinco días. Un amor intenso tanto en lo bueno como en lo malo. En hacerlo gozar y hacerlo sufrir. Por su lado, Javier está tirado en las escaleras, con las manos en los testículos retorciéndose de dolor. Francisco se acerca a él. Queda en lo alto de la escalera. Disfruta al ver en el piso a Javier.
--¡¡ahí es donde deben estar los tipos como tú¡
Javier lo mira con odio. Trata de levantarse. Marisa se acerca a él:
--¡¡ay mi amor, te lastimaron?
Y le agarra la mano que tiene en su parte más sexy y comprometida:
--deja que te mire.
A Javier aún le duele y cojea pero no permite que Marisa lo toque:
--¡¡déjame en paz¡
--ay chico, que arrisco, después del beso que me has dado--le dice Marisa.
Francisco no deja de reír. Sobre todo de la manera en la que Javier sube las escaleras, cojeando y con las piernas bien abiertas.
--¡¡¡esto es cosa tuya¡ ¡¡eres...¡
Pero Francisco no lo deja seguir.
--¡¡me das pena, payaso¡
Francisco se va, Javier lo quiere seguir pero Marisa le agarra del brazo:
--mi amor, no te humilles.
Javier mira a Marisa con odio:
--¡¡y tú.¿¿qué es lo que pretendes, ramera?¿es que están en un plan con Francisco?
Marisa lo bofetea:
-¡a mí no me ofendas. Yo te besé porque me gustas ¿o no eres libre?¡
A Javier le toma muy de sorpresa el bofetón. A parte que se siente un poco descubierto. Se da cuenta que todos lo miran no dice nada más. Se toca la mejilla mientras le dice a Marisa:
--¡¡estás loca, loca¡
Y baja las escaleras. Marisa está loca por él. Le mira el trasero excitada:
--¡¡como me gusta ese culo¡
Y con la mirada clavada en esas bellas posaderas dice:
--¡ese culo será mío aunque sea lo último que haga en la vida¡
Luego piensa en los labios del chico:
--y todo lo demás.
Se acaricia los labios satisfecha:
--que rico besa.
Javier baja las escaleras muy deprisa. Aún cojea un poco pero la angustia por ver a Cruz le importa más. Éste está por salir del instituto con su mochila en el hombro. Muy triste. Javier se acerca rápido:
--¿te vas? --pregunta dulcemente.
Cruz se estremece pero no deja que su voz le penetre. Está muy molesto con él. Sin ni mirarlo dice:
--¡¿qué te importa?¡
Javier lo acaricia, siente vibrar a Cruz.
--nunca has faltado a clase.
Habla con un tono muy dulce, muy suave. Cruz grita, trata de mostrarse muy violento:
--¡¡no me siento bien¡
Pero Javier no se rinde y sigue siendo cariño:
--te llevo.
--no, podría vomitar ¡¡no te quiero volver a ver en mi vida¡ --dice Cruz herido.
--no me digas eso. Tú me --mira hacia atrás que no haya nadie-- me amas.
Cruz está muy molesto por el beso con Marisa, por el hecho que Javier esté tan pendiente que no lo vean.
--¡¡se acabó¡ ¡¡no te quiero volver a ver más¡¡me cambiaré de centro para no tener que coincidir contigo¡
Javier lo siente como toda una puñalada. No esperaba que le importase tanto la ruptura. Se coloca frente a Cruz para que no pase.
--¡¡si no te apartas te besaré para que todos sepan que eres maricón como yo¡
Las palabras de Cruz molestan a Javier, no le gusta nada que se refieran a él como maricón:
--yo no soy nada de eso pero igual sé que tú nunca harías nada que me lastimara--dice dulcemente.
--¡¡lo que no se puede decir de ti, cabrón¡ --francamente molesto.
--tenemos que hablar, lo que pasó no fue lo que tú crees.
Pero Cruz no lo quiere escuchar. Grita, le insulta.
--¡¡no quiero saber nada de ti¡
--no puedes ser tan infantil.
--¡¡te vi con otra¡¡ --Cruz molesto.
--Ella me atacó...
--¡¡no me voy a quedar contigo si tienes novia¡
--no seguiré con ella ¡¡no sé quien es¡ --Javier se empieza a desesperar.
--¡¡¡eres... eres... --le quiere gritar tanto insultos que le cuesta elegir uno-- un puto¡¡
Javier se lleva las manos a la cabeza:
--ahora estás muy alterado. En la tarde, en mi casa. Mis padres ni mi hermana ya no estarán.
--¡¡no pienso ir¡ ¡¡lo que sea que tuvieras conmigo se acabó¡¡
Cruz se muestra furioso y Javier triste.
--ven esta tarde.
Javier está tan dolido que Cruz empieza a dudar. La mirada de Javier se le ha metido dentro y no puede escapar de su tristeza. Lo ama demasiado como para aceptar que todo acabó.
--por favor. --le suplica Javier.
Al ver que esté está dudando, le acaricia la mano:
--¿vendrás?
La dulce voz de Javier lo acaricia:
--no sé.
--por favor,  ven. Tenemos que hablar.
--no sé.
Cruz está temblando. Desea besarlo:
--dame un beso ahora y me olvido de todo.
Javier lo mira con desesperación. No lo quiere perder pero tampoco se atreve a tanto:
--no me pidas esto.
Cruz lo mira dolido:
--entonces no tenemos nada de que hablar...
Cruz sale del centro. Javier detrás:
--prométeme que vas a venir
--no sé... no sé.
y se va. Por primera vez es Javier el que está triste, el que siente los miedos que ha ido sintiendo Cruz pensando que todo haya podido terminar. Los dos se separan aunque más que nunca quieren estar juntos.

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